17 mayo 2015

LO BELLO Y LO SUBLIME. "EL ESPEJO" DE TARKOVSKY

¿Quién dijo que la belleza era fácil? La belleza es tremendamente complicada. Aunque reconozco que siento cierta debilidad por los artistas rusos, en este caso creo que está completamente justificado. La trama pasa a un segundo plano y el espectador pasa a convertirse en el hombre, la mujer, la madre y el niño por separado y todos a la vez. Espejo en el que te ves retratado y en el que se refleja la magia, los sueños, el llanto, la risa, la pérdida de inocencia, la vida y la muerte; un arte desmesurado que trasciende a un plano sensiblemente superior. 


La presencia de Leonardo da Vinci no es vano. El fuego bajo la lluvia, los niños en la nieve, la presencia constante del agua, el viento soplando sobre la hierba, el barro que se pisa con pies descalzos que moldea y embadurna..toda la película es una obra de arte continúa, cuadros inspirados por el mismo Da Vinci. No es de extrañar que Bergman le considerara el más grande de todos, tan solo a la altura de Buñuel, Kurosawa y Fellini. Y es que su genialidad no pasa inadvertida, aunque se necesite una segunda vez para poder captar todos los detalles.  



Una vez entras dentro del mundo de Tarkovski, y esto es una constante que me pasa con todos los grandes del cine, más de una imagen se queda grabada a fuego de por vida. Y es aquí cuando puedo reflexionar sobre la capacidad de las palabras. Hay veces que los pensamientos de un ser humano no pueden ser expresados por palabras, es insuficiente, se queda insípido, blando, inacabado. 


Esta autobiografía del director no es un intento de hablar de sí mismo, sino de mostrar sus sentimientos hacia la gente que amaba, "de mi relación con ellos, de mi perpetua piedad por ellos y de mi insuficiencia para poderlos recompensar por lo que me dieron. Aquello que el Narrador recuerda en un momento de crisis extrema, le causa dolor hasta el último minuto y le llena de pena y ansiedad".


No hay comentarios:

Publicar un comentario